Un museo del libro en construcción
El Museo no debe ser espacio de la nostalgia del anticuario que recorre con la vista un objeto que teme en extinción, en el caso de los libros, aunque sabemos que toda visita a una exposición de libros supone ese temor por su fragilidad y el amor por lo que para nosotros significan. Pero no debe ser espacio de nostalgia porque el libro y la lengua son fuerzas vivientes. Son facultades del presente, que no cesan de constituir las tramas vitales de una sociedad.
En ese sentido, un Museo del Libro de
¿Cómo no atender esas fuerzas que tienen las páginas de un libro? ¿Cómo no saber que no merecen que los tratemos como objetos pretéritos a ser explicados, sino que toda explicación debe estar al servicio de ese reconocimiento del lector como tal? El Museo que soñamos es aquel en que el arte, la tecnología, el pensamiento, el juego y la crítica, pongan su fuerza imaginativa para dar cuenta de esas experiencias vitales. La del encuentro con el libro, decíamos. También, la de la lengua. Ninguna cuestión es más compleja y a la vez más profunda que ésta.
Un Museo como el que soñamos debería poder recordar esa redención irrealizada. Como también insistir sobre los modos en que la lengua de los argentinos fue alimentada, tensionada y conjugada por un coro polifónico de migraciones. En la superficie de nuestro idioma están esos migrantes antiguos pero también la modificación que los recién llegados van produciendo. Una lengua viva no debe ampararse de las transformaciones en nombre de un purismo que, finalmente, suele no ser más que la defensa de las instituciones que tienen el poder de regular la estandarización de la lengua y que sustentan su poder en ese ejercicio restrictivo.
Conjugar el saber de la tragedia y el tamaño de nuestras esperanzas en una lengua emancipada, de eso se trata. Apostamos a que en el bello edificio imaginado por Clorindo Testa, con sus aires de juego infantil y sus precisos vínculos con el espacio que lo rodea, el visitante pueda desplegar sus experiencias de hablante, de conocedor, de lector, de aventurado gustador de la cultura nacional.
Directora del Museo del Libro y de
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